martes, 21 de abril de 2015

La regla 10-20-30 y Desfragmentación en la creación del objeto


La regla del 10/20/30 en PowerPoint

Durante mis muchos años de trabajo en Microsoft, sufrí innumerables presentaciones de PowerPoint por parte de ingenieros, gestores financieros, jefes, etc.

La mayor parte de las presentaciones me pusieron a dormir (despierto pues hay que guardar las apariencias) en la segunda diapositiva (¡a veces lo consiguieron en la primera!) pues el presentador quiere embutir tanta información por diapositiva como le es humanamente posible. 

He visto diapositivas imposibles de leer porque la fuente que usaban era de unos 12 puntos, ¡como si fuera un documento escrito en un procesador de textos!

Una vez satisfechos con poner todo el contenido en la presentación, y para asegurarse de que no se olvidarán de nada, comienzan el ejercicio letal de leer cada línea, como si su audiencia no supiera leer.

El problema con este planteamiento es que, por supuesto, la audiencia lee (si tiene la suerte de tener una vista de águila) los puntos mucho más rápido que el presentador, y luego inmediatamente desconecta y se pone a pensar en las vacaciones en Grecia o el cambio de aceite que siempre pospone…

La regla de oro de cualquier presentación, es el mantener a la audiencia informada y entretenida, y esto amigo, no se consigue con muchas líneas e información, sino con el uso exquisito de gráficos, buen diseño y sobre todo, la habilidad del presentador de conectar con su audiencia.

Cuando un presentador es bueno, puede presentar sin necesidad de ninguna ayuda externa, pero definitivamente tienes que presentar usando PowerPoint (or KeyNote o cualquier otro programa de presentaciones), te recomiendo la regla de PowerPoint llamada la regla del 10/20/30.


Este es un concepto original creado por Guy Kawasaki, un experto en Venture Capital del Silicon Valley, en California después de sufrir innumerables presentaciones que pretendían capturar su atención para conseguir financiación.

Es un método tan sencillo como efectivo: Una presentación de PowerPoint debería de tener solamente 10 diapositivas, durar 20 minutos y contener caracteres con una fuente de 30 puntos o mayor.

Aunque estos requerimientos parecen draconianos, en realidad te ayudarán a enfocar tus esfuerzos y a conectar con tu audiencia pues no pasarán todo el tiempo ignorando tus palabras y leyendo directamente la información en la pantalla. 

Diez diapositivas: Diez es el número óptimo de diapositivas en una presentación porque los seres humanos (incluso los que trabajan para empresas ;-) no pueden comprender más de diez conceptos en una sesión. Si necesitas usar más de diez diapositivas para comunicarte con tu audiencia, posiblemente necesitas más de una sesión, pues tu contenido es demasiado para que lo recuerden de una sentada.


La mayoría de las presentaciones pueden organizar con una diapositiva que cubra cada una de las siguientes categorías:

1. El problema
2. Tu solución
3. El modelo de negocios
4. La tecnología que lo hará posible
5. Los planes de marketing y ventas
6. La competencia
7. El equipo
8. Las proyecciones de ventas y fechas significativas
9. El estado del proyecto
10. Recopilación

Veinte minutos. Deberás presentar tus diez diapositivas en veinte minutos. Incluso aunque tengas una hora, recuerda que estás usando un portátil con Windows así que perderás 20 minutos intentando que funcione con el proyector. Incluso si la configuración va perfectamente, la audiencia llegará tarde y marchará temprano. Si planeas una presentación de 20 minutos, te quedarán 40 para preguntas y respuestas. Tu audiencia te lo agradecerá.


Fuentes de letra de treinta puntos: La mayoría de las presentaciones que he visto, usan fuentes de 12 e incluso 10 puntos, como ya he comentado, el presentador intenta leer el contenido a la vez que la audiencia lo hace, solo que la audiencia lo lee más rápido pues no tiene que leerlo en voz alta. El resultado es que el presentador y la audiencia no están sincronizados.

Hay dos razones por las que las presentadoras usan fuentes pequeñas en las diapositivas:

1. No se conocen bien el material presentado.
2. Creen que cuanto más texto puedan encajar, más convincente es su presentación.

Esto es una tontería. Si quieres dar una presentación de calidad, lo primero que tienes que hacer es familiarizarte con el contenido de la presentación. Una vez que lo domines, no necesitarás presentar toda la información en pantalla. Para eso estás ahí, para explicar a tu audiencia tus puntos y comunicarte con ellos. 

Si te fuerzas a usar fuentes de 30 puntos (o mayores), te garantizo que mejorarás considerablemente tus presentaciones porque esto re requiere que te centres en los puntos más importantes y que sepas cómo explicarlos bien.

Si alguna vez has observado alguna de las presentaciones de Steve Jobs (el CEO de Apple), verás al maestro en escena. Sus presentaciones contienen abundantes gráficos y cuando usa texto lo hace muy escasamente y con un tipo de fuente bien grande, para que el mensaje que quiere mostrar no quede diluido.

Si comienzas a usar la regla de PowerPoint del 10/20/30, verás cómo tus presentaciones mejoran exponencialmente y cómo tu audiencia agradecerá tu presentación, especialmente si lo haces después del “petardo” que acaba de ponerlos a todos a dormir con sus diapositivas que contienen 500 palabras cada una.

Si necesitas que alguien te explique con audio visita este Link

Buena suerte,

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lunes, 6 de abril de 2015

EL OBJETO DE DESEO


El Objeto a es un concepto del psicoanálisis usado por Jacques Lacan que remite a la noción del objeto de deseo inalcanzable. Denominado también objeto metonímico, se lo considera el "objeto causa del deseo".

Se entiende que el sujeto del psicoanálisis está regido por sus pulsiones, que investidas en el lenguaje, vendría a conformarse el deseo. Las pulsiones difieren de los instintos por carecer de objetos concretos predeterminados; entonces, el deseo carece de un objeto que sea algo fijo. Por lo general, cada vez que el ser humano llega a cumplir un objeto deseado, se ve compelido hacia otro objeto de deseo, como se dice en psicoanálisis, asintóticamente.

Razón y conducta

Tras el parto y durante los primeros meses de vida, cada ser humano forma una especie de unidad con la madre. Se dice entonces que está adherido al deseo de la madre. La madre, además de otorgar nutrientes y estímulos, es el primer objeto de deseo para cada ser humano. Es, a través de su afecto que asocia la leche con el afecto, miradas, expresiones faciales, etc., haciendo que el bebé logre pedir estas otras cosas que logró asociar junto con la leche materna.

Así se instaura el deseo en el sujeto; sin embargo es necesaria intervención de la Función Paterna, que instaura La Ley, es decir, el orden simbólico en el psiquismo y escinde ocliva al sujeto de la unidad que ha estado formando con la madre. El sujeto escindido, o "clivado" pierde entonces su primer (y hasta entonces único) objeto de deseo. Hasta ese momento se presenta a la relación madre-hijo como una relación narcisismo-Madre Fálica (narcisismo por parte del niño y Madre Fálica que se siente completa en el hijo). La función del padre es escindir dicha célula, escindir el deseo de la madre en su sentirse fálica, completa.

Jacques Lacan

Por eso, podemos decir que sólo nos hacemos sujetos deseantes si hay uno que previamente desea y me permite desear. No deseamos objetos, porque nuestro ingreso en el orden simbólico implica que se desean deseos, en tanto que la manera en que se constituye mi deseo es a través del deseo de otro.

Así como no podemos confundir la palabra con la cosa que nombra, ni los productos del inconsciente con lo inconsciente, tampoco podemos confundir el deseo con sus objetos. El deseo no se reduce a sus objetos, sino que se articula en una historia de deseos: por su estructura de lenguaje, un significante representa a un sujeto para otro significante.

Un profesor, uno que enseña o que pretende enseñar, no transmite sólo conocimientos, sino que transmite principalmente deseo. Para transmitir algún conocimiento, primero debe transmitir deseo. Sin deseo, los conocimientos adquiridos se diluyen en el caudal incesante de lo que no llega a hacerse significante. Sólo aquello que se hace significante para el sujeto, perdura en él constituyéndolo. Una vez que el sujeto ingresa en el deseo, puede adquirir cualquier conocimiento.

En "La pregunta por la cosa" Heidegger dice que "el verdadero maestro se diferencia del alumno únicamente porque puede aprender mejor, y porque quiere aprender con más propiedad. En todo enseñar quien más aprende es el que enseña", es decir, que el maestro es aquel que tiene puesto su deseo de antemano en la tarea que se propone.

Ruy Henríquez



¿Qué queda de un individuo o una sociedad sin el deseo de querer ser otra cosa?

¿Qué queda de nosotros sin el objetivo de mejorar, sino un presente eterno sin horizontes o expectativas?

¿Qué queda para un burro que tira de su carro si no cree en conseguir la zanahoria que cuelga delante de sus ojos?

¿Qué hace que la gente deje la comodidad de sus hogares para enfrentar riesgos en la búsqueda de algo concreto, solo por buscar el cumplimiento de sus ilusiones, fantasías y deseos?

Una respuesta sería que lo que nos mueve es tratar de satisfacer a otros. A otros que supuestamente esperan de nosotros que logremos esas metas. De esta forma, y sin nosotros darnos cuenta, pasamos nosotros mismos a convertirnos en los objetos que imaginamos alguien desea: ser un ser amado por otros, una persona reconocida por otros, una persona que hace el bien a otros, etc. Solo algo que sea deseado por nuestros otros.

Por otra parte, para llegar a eso necesitamos desear y poseer cosas concretas. Es decir que haya testimonio y goce de hallar algo que premie nuestro éxito. Porque desde esa materialidad, nuestro deseo podrá ahora ser asido. Cosas que sean expresadas y entendidas, verbalizada e internalizada por nosotros y los otros. Ahora, y según nuestra motivación, podemos desear a una mujer u hombre en particular y no solo desear amar y ser amado; de ambicionar ganar algo y no solo desear ser reconocido; de trabajar por una sociedad más justa y con menos pobres y no solo pretender hacer el bien, etc.


A su vez, también podemos ver que “el objeto es la causa del deseo” (Lacan, 2004: 114), porque el objeto es también el medio que dispone el deseo para estar presente. Parecería que el deseo sin la forma ni el cuerpo de un objeto, se desvanece.

 Sebastián Guerrini

El arte como objeto no solo de deseo sito también de diseño 

Después de esta introducción y lecturas sicológicas damos por entendido que el hombre es una amalgama de deseo y que estos mismo constituyen su existir de lo mismo derivamos el motor que lo impulsa y de las cosas que confecciona para ser recordado, reconocido o señalado según el caso de su añoranza, no es sino cierto. Que en esto los diseñadores hacemos parte activa en el desarrollo o funciones mercantiles y comunicativas de la sociedad sea la naturaleza bien o producto, de esta manera el arte y sus homónimos también han permeado dicho nicho enfrascándonos en los catafalcos de colocación y deseo en los cuales podemos asociar a pensamientos propios o creados.

Podemos deducir que el arte es producto del deseo y como este es un acto del ser humano está reconocido en sus facultades sentimentales. Como tal, al ser hijos de arte los productos del diseño están relegados a este plano y por ende no podemos construir tangiblemente dichos conceptos sino poseemos la pasión por créalos teniendo como premisa que somos creadores objetivos y no subjetivos y debemos despertar el deseo en terceros por lo que comunicamos.

El reto consiste en producir diseño a partir del arte, es decir mediante el deseo de otro otorgaremos el nuestro propio para lograr un objeto que sea seductor en el ejercicio del diseño pero esto no se puede lograr sino damos un mero diagnostico a la obra a interpretar.



Como se analiza una obra de arte

1. Sobre el artista, breve reseña, principales corrientes que le mueve y cómo ve el mundo según su arte.

2. Composición: en que disposición están colocados los elementos si es una composición estática dinámica, asimétrica o simétrica, si sus elementos son realizas abstractos o intermedios, si la composición posee una disposición simbólica o figurativa entre otras. 

3. Diseño: qué tipo de técnica se utiliza y como están logrados los elementos de la misma si posee volúmenes, sombras y matices realista o si por el contrario pertenece a una técnica plana, de filigrana u otro tipo de arte en lo que lo primordial es otro concepto en vez de lo real.

4. Color: aquí prima la intención plena del artista en la intensión del color tanto en técnica, armonía y sicología del mismo.

5. Luz: cuál es el recorrido de la luz de donde viene y cuál es la intención del artista que enmarca u oculta o si por el contrario está en un segundo plano.

6. Sombras. Al igual que la luz que se quiere lograr con las mismas si va más allá de un sentido estético si narran algo importante en la composición o son ajenas a la misma. 

7. Personajes: que personajes están en la obra y por que cual es su protagonismos y que quieren comunicar.

8. Estilo: tiene que ver exclusivamente como el artista se refiere a si mismo con su trabajo el decide encasillarse en un estilo o promulgar uno propio.

9. Tema: cuál es la temática puntual de la obra que sucede en ella que historia cuenta.

10. Género: en que corriente se le considera que esta por lo general se la otorga el medio.

Luego de nuestro análisis tendremos las bases para diseñar un producto o en este caso objeto de deseo que podamos ofertar a una marca. Teniendo como base una serie de lineamientos que tendremos que tener en cuenta para poder otorgarle características válidas para el cliente.

aquí algunos ejemplos de como algunas marcas lo han conseguido. cuidado no tomarlo literal.