El objeto y su trascendencia en
la historia
La historia humana procede de antiquísimas vivencias y pasados numerosos que textos y demás opciones narrativas nos cuentan para conocer sus vivencias (al menos eso podemos encontrar en los argumentos). Pero lo claro es que hay más información descifrada en los objetos que su mera existencia transmite a lo largo de la fábula. Mensajes sobre pueblos, lugares y entornos e interacciones, sobre distintos momentos de la historia y sobre nuestra propia época tal y como la contemplamos. Señales del pasado unas fiables y otras hipotéticas, muchas todavía por recuperar de otras diferentes que podemos encontrar.
La mayoría de historias primigenias y enteramente accesibles se han contado necesariamente sobre texto un acto un tanto selectivo si a la masificación informática se refiere, teniendo en cuenta que la mayor parte de la tierra por no referirnos a la humanidad ha carecido de ellos dentro de su surgimiento. La escritura es uno de los logros más tardíos de la humanidad y hasta ahora muchas de las sociedades dejaban muchos de sus legados no solo en texto sino también en objetos es por ello que vale más bien abrir los ojos y entender esta asimetría entre la historia textual y no textual ya que a eso se refiere el curso. A la carga comunicativa y semiótica del objeto como principio de la creación, comunicación sentimiento y una amalgama de connotaciones que no podemos obviar.
Si procedemos al continuo túmulo de murmuraciones y de relatos podríamos encontrarnos con las crónicas de aquellos que vencen o se apoderan de un fragmento histórico pero que hay de los vencidos al decir que no son sociedades alfabetizadas pero si con conciencia para crear objetos, una historia mejor contada puede ser dichas como cosas que les devuelve la voz y esto hace que los primeros relatos sean sesgados que hay de la otra mitad, si se pretende encontrar la otra parte no solo se debe leer el material escrito sino también los objetos. Que podrá pensarse de los Tainos caribeños, los aborígenes australianos, el pueblo africano de Benin y los Incas, que no lograron mayores cosas o adelantos científicos o poseen una cosmogonía rica en lenguajes de otra índole; ya que no tiene un legado escrito.
Pero leer objetos suena más sencillo de lo que realmente es, hemos aprendido a indagar en textos a discernir su verdad y a elaborar juicios respecto a los autores y procesos de descarte.
Objeto: Todo lo que puede ser materia de conocimiento o sensibilidad de parte del sujeto, incluso este mismo. Una cosa o entidad que tiene existencia. Proveniente del latín “obiectus” que quiere decir (encima o sobre) y el verbo “iacere” (lanzra, tirar).
Obiectus: la misma palabra también designa de algo de poco valor que se podía arrojar , se pueden observar vestigios en la palabra abyecto (despresiable.).
Objeto
El término objeto puede referirse:
en las ciencias naturales, a un objeto físico, desde un fotón hasta un cuerpo celeste;
en astronomía, a un objeto astronómico, un objeto estudiado por la astronomía;
en astronomía, a un objeto astronómico, un objeto estudiado por la astronomía;
en derecho, a un objeto jurídico, el contenido de un acto o negocio jurídico;
en filosofía, a un objeto, una cosa o un constructo;
en epistemología, a un objeto conceptual o ideal, un constructo;
en ontología, a un objeto concreto o material, una cosa;
en lingüística, a un objeto directo o complemento directo y a un objeto indirecto o complemento indirecto, dos elementos gramaticales (constituyentes sintácticos);
a un objeto semántico, un objeto sobre el que un sujeto puede llevar a cabo una acción (el equivalente al objeto directo);
en programación, a un objeto, la unidad que en tiempo de ejecución realiza las tareas de un programa, y también la instancia de una clase.
Rita Bruschi y César Cutinella
El hombre crea su espacio
La realidad en que vivimos está compuesta por múltiples elementos que interactúan al mismo tiempo, por eso posibilita innumerables interpretaciones. El hombre siempre tuvo curiosidad para comprender el mundo que lo rodea. De ese esfuerzo, a partir del siglo XIX, nacieron las ciencias, tal cual las conocemos hoy. Cada una se centra más sobre determinado aspecto, al cual denominamos objeto de estudio. Así, por ejemplo, la biología se ocupa más de cerca de la relación de los seres vivos con el ambiente, la matemática de la relación cuantitativa entre los elementos, y la geografía... ¿De qué, exactamente, se ocupa la ciencia geográfica? ¿Con qué sujetos trabaja?.
Geografía es la ciencia que se ocupa de los hombres en sus relaciones entre sí y con la naturaleza. En esas relaciones crea cultura y crea, también, un espacio diferente que los geógrafos llaman espacio geográfico o segunda naturaleza. Para hacer, entonces, una interpretación geográfica del mundo, debemos definir un foco de atención (objeto de estudio). ¿Cuál es, entonces, el objeto de estudio de la geografía? Para realizar su vida el hombre se apropia de la naturaleza a través de la técnica y del trabajo, y, al hacerlo, crea un espacio diferente. Para cada desafío crea técnicas apropiadas. Siempre buscando aumento de la productividad, selecciona especies vegetales y animales, promueve intercambios con otros pueblos, moldea minerales, crea nuevos materiales y, de esa forma, sus necesidades e intenciones se materializan. Al mismo tiempo en que selecciona elementos, crea y perfecciona técnicas, promueve profundas transformaciones en la naturaleza, unificando y padronizando los espacios.
¿Definir el lugar?
¿Cómo percibe el mundo el hombre? Es a través de su cuerpo, de sus sentidos, que él construye y se apropia del espacio y del mundo. El lugar es la porción del espacio apropiable para la vida, apropiada a través del cuerpo -de los sentidos- de los pasos de sus habitantes, es el barrio, es la plaza, es la calle, y en ese sentido podríamos afirmar que no sería jamás la metrópolis o incluso la ciudad latu sensu (en sentido amplio) a menos que sea la pequeña villa o ciudad -vivida/conocida/reconocida en todos los rincones. Conductores de ómnibus, guardas, son conocidos-reconocidos como parte de la comunidad, saludados como tales, no simples prestadores de un servicio. Las casas comerciales son más que puntos de intercambio de mercaderías, son también puntos de encuentro. Es evidente que es posible encontrar eso en la metrópolis, a nivel del barrio, que es el plano de lo vivido, mas definitivamente no es lo que caracteriza la metrópolis. Por otro lado, la metrópolis no es "lugar", ella sólo puede ser vivida parcialmente, lo que nos remitiría a la discusión del barrio como el espacio inmediato de la vida, de las relaciones cotidianas más finas -las relaciones de vecindad, el ir de compras, el caminar, el encuentro de los conocidos, el jugar a la pelota, los juegos, el recorrido reconocido de una práctica vivida/reconocida en pequeños actos habituales y aparentemente sin sentido que crean lazos profundos de identidad, habitante-identidad, habitante-lugar. Son los lugares que el hombre habita dentro de la ciudad que hablan respecto a su cotidiano y su modo de vida, donde se mueve, trabaja, pasea, vaga, o sea, por las formas a través de las cuales el hombre se apropia y que van ganando el significado dado por el uso.
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